Para empezar, la venta directa al consumidor elimina los intermediarios. Además, está contribuyendo a diversificar la producción para su venta escalonada y, en la mayor parte de los casos, ha convertido en rentable el mantenimiento de fincas familiares. Casi todos ofrecen poner en la mesa del comprador una caja de cítricos de entre 10 y 15 kilos en 24 horas por un precio final en torno a los dos euros el kilo.
Pero la venta de cítricos por Internet también empieza a sufrir los males de los canales tradicionales. La oferta es muy dispersa, como siempre está poco organizada y funciona, en la mayoría de los casos, por la iniciativa personal de los mismos citricultores, que han encontrado en esta vía la posibilidad de obtener precios superiores a los que reciben del comercio privado o las cooperativas. La gran ventaja es que la demanda no se puede organizar porque todavía está más deslocalizada…